Me
acostumbré a esta soledad,
a
este silencio que irrumpe en mi memoria,
a
los días que no terminan ni comienzan,
a
irme sin moverme,
a
volar tan alto que casi toco el techo,
a
deshacerme en el espacio,
a
saber de mí sin recordarme,
a
estar ausente,
a
morir cada día,
a
resucitar cada mañana,
a
pensar en ti como si nunca fueras a volver,
a
desnudarme de ti,
a
soñar menos en ti,
a
sacarte de mis recuerdos,
a
jugar a que sí puedo vivir sin ti.
En
fin, que he decidido olvidarte.