viernes, 31 de octubre de 2014

Retrato de un amor entre luz y sombra






Eres luz maravillosa,
luz brillante,
luz que sigue siendo luz
aunque no me alumbre.
Y yo soy esa sombra larga
que deja tu luz al irse.



Foto de Juan Yanes

jueves, 30 de octubre de 2014

Nos enamoramos

Nos enamoramos a miradas,
a besos, a abrazos,
a todas horas
y en todos los lugares.
Nos enamoramos,
porque no había otra manera
de soportar tanta pasión,
tanto deseo,
tanto sueño en nuestra piel.
Nos enamoramos
a mordiscos, a jadeos,
a todo momento,
a la luz de la luna
y a la medianoche en el mar.
Nos enamoramos
de nuestro amor,
de nuestros cuerpos,
de nuestro instante
y de nuestra eternidad.
Nos enamoramos
a pesar de los pesares...
a pesar de que no debíamos.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Ella y el amor





Tres de la mañana. Regreso a casa. Me encanta volver a casa. Afuera hacen tres grados de temperatura. Cae una lluvia constante y ligera. Camino por calles solitarias. Se oye el ruido lejano del centro de la ciudad y de algún tren que bordea el Rín. Se respira un aire frío, fresco y delicioso. Las sombras alargadas de la noche me siguen sigilosas...se lanzan a los charcos de la calle creyendo que se pueden esconder de mí. Un carro, un sólo carro cruza la noche con cuatro jóvenes en él. Deben regresar de un bar o del trabajo. Un gato atraviesa la calle de improviso. Llevo las manos en los bolsillos de la chaqueta. Tengo puesta la bufanda negra. Me protege de un resfriado. Eso me digo yo. Camino sin prisas. Disfruto el instante. Me siento bien, muy bien, en realidad. He dejado en el piso de ella mis sueños y deseos. Me ha robado la tristeza que tenía. Ella, con su piel dorada y su juventud a flor de piel, ha poblado mi cuerpo de amor. Ella, mi secreto, mi otro yo, mi refugio, mi amada. Es un placer llegar a ella, regresar de ella. Saber que existe, que no quiere nada de mí, salvo que nos amemos.

Toca el piano como las diosas. Hoy ha tocado el allegro del concierto número 5 de Beethoven, conocido como El Emperador, y me explica que se lo dedico a Rodofo de Habsburgo, quien era protector del compositor. Me pide que escuche con atención el comienzo pues es ella. 

Quiere que entre los dos no haya máscaras, sólo realidad. No utiliza nunca la palabra verdad. Mientras está concentrada tocando el piano, puedo mirarla sin cansarme, dejarme seducir por su música, su sonrisa, su mirada, su cuerpo que quiere el mío. La vida tiene sus razones para llevarnos a otros amores a otros sueños cuando pensaba que ya moría, que moría de tristeza. Pero un día hace poco más de un año el azar hizo que nos cruzáramos en un tren que nos volvió uno.

Camino y camino. Sueño y sueño. La llevo en mi piel, en mi sonrisa, en mi mente, en mi corazón. La llevo conmigo mientras la lluvia cae y empapa los jardines de gotas y brillos y reflejos. Un silencio maravillado me acompaña.

Ella se queda con su vida y yo regreso a la mía. Ambos sabemos que pronto nos volveremos a ver, que los sueños nos volverán baile, risa y amor, amor como sólo aman los enamorados de la vida. Ella me llena de vida, me devuelve vida, me rescata de la caída.


Estoy llegando a casa y ella sigue en mi cuerpo. Desando los últimos metros bajo la lluvia que suena en mis oídos como música, como el eco maravilloso de su voz. Hoy me acostaré con la firme intención de nunca más despertar de sus sueños.

Cita de amor



Al borde de la medianoche,
salgo de mi tristeza
a esa cita, que es ya costumbre,
con el amor, 
a encontrarme con ella,
a buscarme en sus sueños
que me esperan siempre,
la que pienso siempre,
que me ama desde la primera mirada,
y que yo, aunque sueñe contigo,
también amo.

martes, 28 de octubre de 2014

Para volver a vivir



Para volver 
a vivir
tuve que buscar 
en tus silencios.
Recorrer de nuevo 
el dolor olvidado
y llegar adonde 
ya no me esperabas.
Tuve que volver
adonde no quedaba 
nada de mí.
Para seguir viviendo
tuve que inventarte de nuevo.